Llevo lo más importante, vacunas, medicinas e ilusión. Un poco de ropa, el resto lo compraré allí y una cámara fotográfica, una mochila donde ponerlo todo y no dejo de pensar en que he de asumir todo lo que me vaya a pasar, las mágicas sensaciones y las no tan buenas...
Estas son mis impresiones y desde la India iré relatando las que allí me avasallen. Sumergiéndome en la literatura influenciada por los viajes que grandes escritores han hecho a la India he encontrado este texto que me ha parecido un fiel reflejo de una impresión, la de Aldous_Huxley . Su extraordinario ingenio se pone de manifiesto en Jesting Pilate, el diario que escribió durante sus viajes por la India, Birmanía y América. Me parece interesante incluirla en el blog para no olvidarme nunca de ella.
"Los largos días de viaje por Rajputana se me antojaban, mientras permanecía extasiado junto a la ventanilla, breves y eternos a la vez. Los desplazamientos ocupaban sólo el tiempo necesario para caer en mi particular trance, almorzar y recaer, cambiar de tren y recaer una vez más. Las horas restantes no existían y, sin embargo, resultaban largas como milenios. Era mucho lo que pasaba ante mis ojos, lo que veía; pero no puedo decir que recuerde gran parte de ello. Y cuando lo recuerdo, no es en términos de objetos individuales, sino de procesos. Cientos de imágenes independientes, vistas durante horas de contemplación, se han fundido en mi mente y fluyen por ella hasta formar una unidad en la memoria, del mismo modo en que el fotógrafo selecciona y reúne las distintas fases del crecimiento de una planta o la transformación de las orugas en mariposas para que sean percibidas como un breve proceso en una película de cinco minutos. Si cierro los ojos veo de nuevo, por ejemplo, los progresivos cambios de color, en la inmensidad de Rajputana, de los cuernos de los bueyes; cómo empezaban por parecer ambos pintados de verde, cómo el verde del uno se fundía gradualmente hasta tornarse rojo, y cómo, más tarde, los dos se volvían rojos y luego de colores, y finalmente parecían pintados a rayas, como los postes de las barberías, con sus círculos concéntricos rojos, blancos y verdes. Con mayor vivacidad recuerdo un proceso relacionado con los turbantes, un desarrollo gradual cuyas etapas individuales debieron de observarse por separado, aquí y allá, a lo largo de cientos de kilómetros. Recuerdo que comenzaban, cerca de Jodhpur, siendo pequeños y en su mayoría blancos, que se volvían cada vez más grandes y cada vez más rojos hasta alcanzar un clímax, una apoteosis de grandeza, y parecían entonces enormes globos de muselina carmesí en cuyo centro asomaba un rostro muy pequeño y oscuro, casi insignificante. Luego empezaban a disminuir, desde la parte superior de su curva. En mi memoria se dibuja un proceso de reducción gradual que culminaba en Ajmer con la vuelta a la normalidad. El tren se aproximaba envuelto en una neblina de turbantes indios, normales y corrientes. Pero yo había presenciado su auge, había sido el extasiado espectador del declive y la caída de todos los turbantes rajputas"
ALDOUS HUXLEY, JESTING PILATE: THE DIARY OF A JOURNEY, LONDRES, 1927
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