Dejamos atrás Jaipur y yo con una tristeza de dejar todos aquellos bazares que no podía haber visitado todos, también por pena de dejar algo que te ha gustado mucho pero por fin con un poco de tranquilidad porque los indios te atosigaban a todas horas para que les compraras algo, cualquier cosa y eso, constantemente al final cansa bastante. Así que dispuesta a pasar página y con la esperanza de visitar otra bonita ciudad, Agra. El problema fue que perdimos toda la mañana en la Policía que aunque divertido fue que el viaje lo iniciaramos por la tarde de ese jueves. Pero claro, llegariamos ya a la noche a Agra, y al día siguiente, viernes, el Taj Mahal está cerrado :( Bueno pero es la excusa perfecta para volver de nuevo a Agra y visitarlo. Aún así ese viernes estuvimos paseando por los alrededores del Taj Mahal y lo que si que pudimos ver fue el Fuerte Rojo, desde donde el marajá que construyó esta fabulosa obra por el amor de su esposa ya fallecida, contemplaba recluido por orden de su propio hijo.
viernes, 30 de enero de 2009
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