jueves, 15 de enero de 2009

Entre la realidad y el sueño.

Es imposible dejar de pensar en todo lo vivido en la India. No he visitado un pais, otra cultura, he visto otro mundo. Porque así definiría a la India como un mundo aparte que te cautiva y sorprende a cada segundo.
Hoy me he despertado a las cinco de la mañana. Ya no podía dormir más. Y desayunando en La Guapa (Madrid) leía Pasión India, de Javier Moro que compré ayer apenas unas horas después de aterrizar de mi viaje a la India. Leer este libro me recuerda demasiado a lo que yo también he experimentado, es otra forma de descubrir otra perspectiva de este maravilloso pais. Las sensaciones que a lo largo de su viaje va teniendo la protagonista son las mismas que yo también he sentido. Cuando lo leo me sumergo en mis experiencias y recuerdo el olor de la India, sus colores, ruidos, las noches de insomio y el calor, ver tantas cosas en tan poco tiempo hasta desfallecer por cansancio, el contraste de ciudades como Agra, demasiado rica, demasiado pobre, la vistosidad de Jaipur, la niebla como si pareciese el mismísimo Londres en Delhi y Varanasi si no fuera por las vacas, el gentío de la gente, los claxons sonando a toda hora y el olor a curry y a incienso...
Una de las cosas que echaba de menos en la India, era escuchar mi música favorita... como Findlay Brown, Devendra Banhart, Cat Power, CocoRosie... y muchos más. Aunque esa falta se vió cubierta escuchando a Bob Marley en el Gratitude Restaurant, al lado del Nana's Nook. O en el mismo Nana's en el que escuchábamos música local hindú muy interesante.
Oh recuerdo una anécdota buénísima... el último día en Agonda, después de haber contemplado la caída del sol maravillosa y el calmado mar Arábico, me dirigí a mi cabañita para darme una ducha y ponerme guapa para mi última noche cuando empezé a oir una canción de reggae de estas pegadizas y de buen rollo que me quedé paralizada escuchándola. Y me dije, de dónde viene, de algún bar o restaurante cercano, parece un concierto en vivo, por qué no busco dónde es? y a pesar de que ya era la noche y me encontraba sola, me enfundé en la aventura de recorrer la playa a solas buscando la música. Y por casualidad llegué al mismo restaurante que pasé la nochevieja. En Praia de Agonda. Me acerqué y vi unas cuantas mesas, la gente bebiendo, un espacio decorado con las típicas lámparas de telas indias y al fondo en frente de un gran fuego en la arena el grupo GRAEME (ex-UB40). Me quedé escuchando durante unos minutos la música, disfrutando del agradable ambiente y hablando con un camarero del lugar que se había acercado para hablar conmigo y fue él quien me informó del nombre del grupo y que la actuación solamente sería hasta las diez de la noche. Y eran las 7 pm. Le pregunté que por qué duraba tan p0co y me dijo que por restricciones de la policía ya que debido al atentado en Bombay las fiestas en la playa estaban prohibidas. De repente y para mi sorpresa oí mi nombre desde una de las mesas que formaban parte del público. Me acerqué y era Tomás. Un simpatiquísimo chico que conocí en el Nana's y para mi sorpresa y alegría hablaba perfectamente el español. Estaba acompañado por su agradable y querida madre y hermano. Me invitaron a su mesa, pero claro yo aún estaba en bikini y necesitaba una ducha. Así que les dije que me esperaran que volvía lo más rápido posible. Llegué al Nana's, me duché, me arreglé y de vuelta de nuevo al Praia de Agonda. Qué curioso mi primera noche en Agonda por Nochevieja estuve en el mismo lugar cenando y escuchando un concierto de música folk y la última en un concierto reggae... La tarde en el concierto reggae fue muy especial. Agradable conversación con Tomás y lo siento por mi mala comunicación con su madre y hermano. Luego llegó Sean. Y nos animamos a salir a bailar al son del reggae en la playa, en Agonda. Recuerdo como bailaba junto a Tomás y su familia. Aunque un poco tímida al principio, pensaba pero por qué sentir verguenza si no me conoce nadie, así que con risas y desparpajo disfruté todo el concierto bailando y riendo con mis amigos. Una de las mejores experiencias que nunca olvidaré. Me sentía toda un hippie allí bailando descalza en la arena, alrededor de un fuego, y formando parte de un círculo de gente, todos bailando reggae...

De momento escuchando All that i have de Findlay Brown

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